¿Sabías que hay un Día de la Alimentación?
Como cada 16 de Octubre desde 1979, celebramos el Día Mundial de la Alimentación.
Esta fecha fue establecida por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) con el objetivo de visibilizar y sobre todo luchar contra los graves problemas de la pobreza, el hambre y la desnutrición.
La temática de este año gira en torno a las “Dietas saludables para un mundo sin hambre”.
Este es un tema muy recurrente en un presente en el que la globalización, la publicidad y los consecuentes cambios de hábitos han hecho mella en nuestra forma de alimentarnos. El consumo de alimentos azucarados y procesados se ha visto incrementado en detrimento de alimentos llenos de nutrientes y beneficiosos para nuestro organismo.
Ya sea por falta de tiempo o de costumbre, hemos sustituido progresivamente los platos tradicionales donde predominaban las verduras, legumbres y frutas de cada estación. En la actualidad, la industria alimentaria tiende cada vez más a abusar de azúcares, almidones refinados, grasas, sal, conservantes y potenciadores del sabor.
Las últimas estadísticas llevadas a cabo por la FAO ponen de manifiesto las graves consecuencias de una alimentación cada vez más pobre en nutrientes. Esta, unida a un estilo de vida sendentario (cada vez más predominante en los países desarrollados) es la principal causa del aumento del sobrepeso y la obesidad.
Otro de los asuntos que resalta la Organización es el impacto ambiental que genera el sistema alimentario actual. Este hecho se ha producido a causa del incremento del consumo de procesados y alimentos de origen animal.
Asimismo, apunta que el incremento de las temperaturas y el cambio climático ha causado, entre otros desastres, la reducción de cultivos y de su rendimiento. Esto último podría llegar a significar la pérdida parcial de su valor nutritivo, y por tanto, de su calidad. Los expertos culpan de ello al aumento de los niveles de CO2, entre otras causas.
La soja, el trigo, el arroz y el maíz se encuentran en el grupo de cultivos más afectados por el CO2.
En Dehesa de Los Llanos, consideramos que para poner freno a esta situación es necesario un compromiso por parte de todas las empresas pertenecientes a la industria alimentaria. Todas deberíamos trabajar de una manera sostenible para el medio ambiente y saludable para la población.
En nuestro caso, obtenemos la leche de nuestro propio rebaño de ovejas de pura raza Manchega (km cero). No existen gastos de transporte ni por tanto contaminación, ya que la leche se traslada desde las instalaciones de ganadería hasta la quesería.
Uno de los beneficios de esto es el poder controlar la calidad de la leche, sobre todo, a partir de la alimentación de las ovejas, basada en forrajes como alfalfa, maíz, cebada, pastas y aromáticas. Las ovejas de Dehesa de Los Llanos se alimentan de los cultivos de la propia Finca para conseguir la mejor materia prima posible y unos niveles de Ph, grasa y proteínas estables todo el año.
Por otro lado, no utilizamos ningún tipo de parafinas en la corteza. La limpiamos con aceite de oliva virgen extra cultivado en la Finca, por lo que es comestible.
Tampoco utilizamos aditivos, como por ejemplo la lisozima de huevo, utilizada para evitar las hinchazones tardías provocadas por la bacteria Clostridium Botulinum.
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