Persia fue la cuna de los nogales del mundo, aunque este dato no está del todo claro. Lo que sí se sabe es que ya existían en el año 7000 A.C, y que los romanos lo consideraban unalimento de los dioses.
Se cultiva tanto en Asia y Europa como en América, donde las nueces de California han conseguido fama mundial.
Seguramente, el secreto de su éxito en tantas épocas y tantos lugares, se deba a sus muchas propiedades. Que si bien ahora podemos demostrar científicamente, nuestros antepasados debían, al menos, de intuir, ya que llevan usándose como medicina durante miles de años. Entre ellos tenemos:
Cuidado de la salud cardiovascular:
Las nueces proporcionan múltiples beneficios al corazón, gracias al aminoácido l- arginina. Un puñado de nueces al día reduce razonablemente la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, así como la posibilidad de sufrir un ictus.
Fuente de Omega 3:
Las nueces contienen grasas de origen vegetal omega 3 ácido alfa-linolénico, que actúa como anttinflamatorio y ayuda a prevenir el colesterol. El Omega 3 es, además, un poderoso neuroprotector.
Potente antioxidante:
De hecho, son el fruto seco con más poder antioxidante. Estos actúan contra el envejecimiento al combatir los radicales libres, causantes del deterioro relacionado con la edad. Se cree que, hasta el 90% de los antioxidantes que poseen las nueces se encuentran en la piel de las mismas.
Mejoran la salud reproductiva masculina:
No solo aumentan la calidad del esperma, ya que mejoran la morfología y movilidad de los espermatozoides, sino que ralentizan el desarrollo del cáncer de próstata.
Menor riesgo de cáncer:
Además de ser efectivas contra el cáncer de próstata, los estudios muestran también resultados muy positivos a la hora de reducir y combatir el cáncer de mama, gracias al Omega 3 y a la vitamina E de este poderoso fruto seco.
Control del colesterol:
Aunque esto está comprobado científicamente, no se sabe muy bien el motivo. Los estudiosos creen que puede deberse a que los fitoesteroles, que contienen estos frutos secos, bloquean la absorción del colesterol en el intestino.
Ayudan a no engordar:
La fibra de las nueces provoca un gran efecto saciante, lo que nos ayuda a mantener la línea a largo plazo. Además, según un estudio de la Universidad de Barcelona, incorporar nueces a la dieta produce un aumento de serotonina que, además de ponernos de buen humor, reduce la sensación de hambre y combate la obesidad abdominal.
Mejor salud cerebral:
Hace años se creía que el consumo de nueces aumentaba la inteligencia, debido a su parecido con el cerebro. Hoy, se sabe que la vitamina E, el ácido fólico, la melatonina, los Omega 3 y los antioxidantes son compuestos neuroprotectores. Esto quiere decir que las nueces mejoran el razonamiento inferencial, la función cognitiva y retrasan el envejecimiento cerebral.
Eficaz contra la diabetes:
Al tener un índice glucémico bajo, reducen los niveles de insulina en personas con diabetes tipo 2 . Además, las mujeres que consumen nueces tienen menos riesgo de sufrir esta enfermedad.
Con un puñado de nueces al día es suficiente para beneficiarse de sus efectos positivos, y es que la mezcla de proteínas, fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes de estos frutos secos es todo un regalo de la naturaleza.
En Dehesa de Los Llanos estamos terminando la cosecha de este año, y nuestras estrellas son las nueces Chandler.
Las hemos elegido por su gran tamaño, color suave, alta calidad y lo fácil que resulta abrirlas sin que el fruto se rompa. Además, los nogales Chandler son de las variedades más productivas de la especie.
Si quieres aportar nueces a tu dieta, además de comerlas crudas puedes añadirlas a yogures, ensaladas o platos como el cuscús. Si te apetece algo más sofisticado, tenemos un par de ideas para incluirlas en tus desayunos o postres: atrévete con un untuoso de mantequilla o el frechipán de nueces. No te van a dejar indiferente.