Queso

Queremos que nos conozcáis mejor, así que hemos decidido revelaros algunas de las principales características de nuestro alimento estrella: el queso. Por todos estos motivos, que quedan patentes en el producto final, nuestro Gran Reserva consiguió, en el año 2012, el premio al Mejor Queso del Mundo en el prestigioso concurso World Cheese Awards.

•  PERTENECEMOS AL CAMPO

Dehesa de Los Llanos cuenta con 10.000 hectáreas, la mitad de ellas dedicadas a cultivos. La explotación se fundó en el s. XVII y, desde el año 1900, tenemos también nuestra propia ganadería.

•  USAMOS EXCLUSIVAMENTE LA LECHE DE NUESTRA CABAÑA DE 5.500 OVEJAS MANCHEGAS

Una de nuestras mayores preocupaciones es la calidad de la leche. Nos esforzamos mucho para conseguir la mejor materia prima posible, cuidando, al detalle, la alimentación de nuestras ovejas, que procede de forrajes y plantas aromáticas que nosotros mismos cultivamos.

• NUESTROS QUESOS SE HACEN CON LECHE CRUDA

Aunque no pasteurizamos la leche, las condiciones de seguridad de nuestros quesos están más que garantizadas.

La leche cruda otorga a nuestro producto final aromas, sabores y texturas que, de otro modo, serían imposibles de conseguir. Además, cada queso es único, y evoca al territorio donde ha sido creado. Nuestro queso no podría reproducirse en ningún otro lugar.

• CORTEZA NATURAL

No cubrimos nuestro queso con pinturas o parafinas de ningún tipo, con lo que la corteza está formada por el propio queso, sin más, que madura de fuera hacia dentro. Es totalmente comestible.

• ELABORACIÓN ARTESANA

Controlamos cada pieza que fabricamos, una a una. Incluso cepillamos la corteza con aceite de oliva virgen extra, por supuesto, elaborado también en la propia finca.

• NO USAMOS ADITIVOS

No, ninguno, ni siquiera lisozima de huevo (E-1105), algo en lo que somos pioneros.

La lisozima de huevo es un alérgeno que se usa para evitar las hinchazones provocadas por el bacilo Clostridium Botulinum. Tras años de investigación, llegamos a la conclusión de que, añadiendo a la dieta de nuestras ovejas una mezcla de plantas aromáticas con poderes fungicidas, podíamos eliminar este aditivo sin problemas. Las plantas aromáticas otorgan matices únicos en el queso y, además, es apto para alérgicos al huevo.

Todos estos motivos son los que nos hacen tan especiales, aunque, en esencia, seguimos el método tradicional artesano cuidando cada detalle y ayudándonos de la tecnología solo cuando es imprescindible para la mejora del producto.

Se acerca la Navidad, y puede que ya estés pensando en los regalos, o en las comilonas de estas fechas. Si te gusta la gastronomía, un buen queso manchego es perfecto para ambas ocasiones.

El problema es que, no todo el queso que se etiqueta como manchego, lo es. La Fundación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Queso Manchego lo sabe, y por ello hizo esta campaña publicitaria que nos enseña a salir de dudas. (Nosotros le tenemos un cariño especial al anuncio, ya que, se rodó en nuestras instalaciones).
Lo más importante de un queso es su materia prima, en este caso, la leche. Para el queso manchego esta tiene que ser leche de oveja de raza manchega, que apenas ha sufrido cambios a lo largo de los siglos. Si un queso se realiza en Castilla La Mancha con leche de otro tipo de ovejas, no mantendría en ningún caso esta denominación de origen. Además,el Consejo Regulador realiza periódicos controles para asegurar la calidad del alimento y confirmar que sus propiedades y especiales características se mantienen intactas.

MUY BIEN, PERO… ¿CÓMO SÉ QUE ES MANCHEGO?

     Distinguir un auténtico queso manchego es muy fácil, solo hay que estar atento a tres detalles:

Aparece la palabra manchego en la etiqueta. Si está hecho de leche cruda, tendremos además, artesano o artesanal.

Contraetiqueta numerada: Pegada a la etiqueta comercial, aparecerá una pegatina de pequeño tamaño con el logo de la Denominación de Origen acompañado de un número.

Placa de caseína: Por último, si le damos media vuelta al queso, podremos verla incrustada en la corteza. Es una especie de carnet de identidad del queso en el que podremos leer Denominación de Origen Manchego, seguido de cinco números y dos letras.

El color del queso manchego, o el entramado de su corteza, también son característicos para el ojo experto, pero si no es tu caso, no fallarás si sigues las indicaciones arriba señaladas.

¡Ahora, ya puedes disfrutar, sin tener dudas, de un auténtico queso manchego!

TLCUEM son las siglas del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México. Entró en vigor el 1 de enero del año 2000, como parte de una estrategia comercial entre ambos territorios. Este tratado se encuentra, actualmente, en fase de renegociación, es decir, se está modernizando.

Estas conversaciones entre México y la Unión Europea, se están alargando más de lo previsto, debido a la propuesta europea de reconocer sus denominaciones de origen y, en especial, las indicaciones geográficas de los productos lácteos. 

En México usan la palabra “Manchego” para vender un tipo de queso, de mucha popularidad en el país. El problema es que ese queso poco tiene que ver con nuestra denominación de origen. El “Manchego” mexicano es un queso fabricado a base de leche de vaca y que puede acompañar, derretido, a quesadillas y nachos. No es el único, existe un conflicto similar con quesos como el Roquefort o el Parmesano.

Los requisitos para que un queso entre, en España, en la Denominación de Origen Protegida Queso Manchego, son mucho más exigentes. En primer lugar, hay que pertenecer, geográficamente, a alguna de las zonas de Albacete, Ciudad Real, Cuenca o Toledo que comprenden el ámbito de competencia de la Fundación. Además, la materia prima del queso debe ser, por supuesto, de leche de oveja de raza manchega. Nunca, jamás de los jamases, podría ser de leche de vaca. El auténtico queso manchego resulta fácil de identificar, siempre que te hayas informado primero de cómo hacerlo. El problema es que ni en México, ni en Estados Unidos, (principal país al que se exporta queso D.O. Manchego) es probable que los compradores sepan hacerlo, por lo que la confusión está asegurada.

Desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Queso Manchego piden que no se llegue a un acuerdo como el realizado con el queso feta con Canadá: los canadienses pueden utilizar la palabra “feta” siempre que, en la etiqueta, quede claro que se ha fabricado en Canadá y aparezcan términos como queso“tipo feta” o “estilo feta”, ya que, una vez más, el mexicano poco tiene que ver con el auténtico Queso Manchego.

Leer la noticia completa en Condé Nast Traveler

En esta vida hay pocas cosas realmente importantes. Yo qué sé, el cine -el buen cine-, una sobremesa con amigos, la fidelidad de un chucho, un buen polvo, descubrir una ciudad que -sabes, no te abandonará nunca. El queso. El queso es una de esas pocas red lines vitales que no deja lugar a dudas de a qué bando perteneces: hombres grises o tarambanas. Sin fisuras en esta distinción. Si no sabes disfrutar de una cuña de queso sin venir a cuento, si es usted un mojigato, si tienes problemas con su olor, su intensidad y el exceso como “Le mode de vie” es que no has entendido nada. Julio Camba lo explica mejor: «El que sea capaz de quedarse con ganas ante un buen plato por temor a engordar, se quedará también con ganas ante todas las otras cosas agradables que hay en la vida», o sea, que si vas a venir con melindres es que mejor que cojas tu soja y tu brócoli y vuelvas por donde has venido. Aquí hemos venido a hablar queso. De los mejores veinticuatro quesos del planeta.